Enseñanza dada en el retiro de Pascua en Merigar, Italia, 1991.
Nadie se realizará o iluminará con sólo estudiar los conceptos de la mente. Uno tiene que encontrarse en el estado de conocimiento y realmente concretar este conocimiento. Buda dijo: ´He encontrado un conocimiento que es muy profundo y muy iluminado, un estado muy pacífico, más allá de todos los conceptos. Y cuando lo comunico a los demás, no lo entienden´. Esto es conocimiento, no algo que se analiza a nivel de la lógica. No digo que los términos lógicos no sirvan de nada, pero depende.
Desde el principio, los maestros han explicado las enseñanzas Dzogchen de muchas maneras. Hay caminos intelectuales y hay un camino simbólico que se conecta con el estilo tántrico. También existe el método directo: del conocimiento directo al conocimiento. A esto se lo llama ´transmisión del conocimiento de los seres realizados´.
Es esencial comprender que, incluso si las enseñanzas se explican intelectualmente, lo que se comunica no es intelectual. Y si no se logra transmitir este conocimiento, todo se convierte en palabras vacías. Mucha gente tiene una especie de convicción de que posee algún tipo de conocimiento. Cuando conocí a mi Maestro Changchub Dorje, estaba realmente convencido que yo tenía mucho conocimiento, especialmente de enseñanzas budistas. No pensaba en mí mismo como alguien muy estúpido. Cuando conocí a mi Maestro por primera vez, sentí mucho orgullo porque cuando mi Maestro estaba enseñando se dirigía a personas poco instruidas. Estaba un poco creído y pensaba: ´Bueno, yo conozco los sutras, los tantras y la filosofía budista´. Realmente creía que ése era el significado de las enseñanzas.
Muchas personas tienen ese tipo de actitud y piensan que realmente saben algo. Pero tienen que entender lo que significa conocimiento. Un buen ejemplo de esto fue cuando Manjushrimitra conoció a Garab Dorje. Manjushrimitra fue uno de los más grandes eruditos de ese período en la India y el guía principal de la escuela Yogācāra. Fue considerado el Pandita supremo.
Cuando escucharon que Garab Dorje estaba dando una enseñanza que iba más allá de la ley de causa y efecto, los budistas se preocuparon mucho. Las enseñanzas budistas, especialmente los sutras, se basan en el principio de causa y efecto; por lo cual, por supuesto, es extraño cuando alguien habla de ir más allá de la causa y el efecto. Muchos eruditos y panditas sintieron que tenían que ir a ver a Garab Dorje y averiguar qué estaba pasando. Como dice un famoso proverbio: ‘ Si hay un pequeño fuego, es mejor apagarlo de inmediato. De lo contrario, se desarrollará y ya no lo podrán extinguir .’
El jóven Garab Dorje estaba explicando esta enseñanza, que era un poco diferente, y Manjushrimitra y otros eruditos habían ido desde India a Oddiyana para verlo. Era un viaje muy largo en aquellos tiempos, e hicieron gran sacrificio para emprenderlo. Cuando llegaron a Oddiyana, comenzó un debate con Garab Dorje. Manjushrimitra comenzó primero, convencido de que tenía un cierto tipo de conocimiento mayor. Después de intercambiar algunas palabras, Manjushrimitra entendió inmediatamente lo que Garab Dorje estaba comunicando.
Y entendió que lo que Garab Dorje estaba enseñando era la finalidad, el punto de llegada de todas las enseñanzas Sutra. Manjushrimitra se sintió mal y pidió perdón porque se dio cuenta que Garab Dorje no era un intelectual ordinario, sino una emanación. Así fue que Manjushrimitra se convirtió en el primer y más importante discípulo de Garab Dorje. No necesitó estudiar ni pasar muchos años con Garab Dorje; porque todos los años de filosofía y de estudio que había hecho hasta este momento supusieron una preparación para el momento del encuentro con Garab Dorje y la comunicación del estado realizado. Entonces, y de inmediato, se convirtió en un gran maestro de Dzogchen. Así, como pueden ver, existe este método de comunicarse intelectualmente. Manjushrimitra dijo: “Tú eres una emanación del Nirmanakaya y yo tenía una muy mala intención cuando llegué aquí. ¿Cómo puedo purificar esto?”. Garab Dorje dijo: “No te preocupes para nada por eso. Eres un erudito y un filósofo budista, puedes comunicar este conocimiento en la forma en la que lo has aprendido hasta ahora .”
Así que Manjushrimitra escribió un texto llamado Dola Sershung. ´Dola´ significa ´como una roca´. Generalmente, tenemos una visión pura o impura. Cuando uno comprende el significado de las enseñanzas, uno descubre que la piedra es en realidad oro, y que este oro puro representa la dimensión de cada individuo. En las enseñanzas Dzogchen decimos que nuestro estado es autoperfeccionado desde el principio. Lo que se autoperfecciona es nuestra potencialidad infinita; pero no tenemos este entendimiento o este conocimiento. Si no tenemos este conocimiento, entonces vemos la piedra como una piedra, y no como oro puro. Manjushrimitra explicó el Dzogchen perfectamente en los términos de la filosofía budista Yogācāra. Muchos eruditos dicen que estas enseñanzas Dzogchen parecen estar en el estilo Yogācāra. Esto se debe a que Manjushrimitra usó términos del Yogācāra para transmitir las enseñanzas. Se convirtió en uno de los maestros fundamentales de Dzogchen y reunió toda la colección de enseñanzas de Garab Dorje. Cuando hablamos de Dzogchen semdé, ‘sem’ (sems) significa ‘mente’. Esta es una abreviatura de lo que llamamos Changchub Sem. ‘Changchub Sem ’ significa ‘bodhicitta’ en sánscrito; pero no es la misma ‘bodhicitta’ que en los Sutras
En la bodhicitta de los Sutras hay dos aspectos: el absoluto y el relativo. Bodhicitta ‘absoluta’ se refiere al conocimiento o la comprensión de la vacuidad real. La bodhicitta ‘relativa’ se explica de dos maneras: la primera es nuestra intención, y la segunda es su aplicación. Cuando hacemos una práctica, decimos que cultivamos la bodhicitta. Esta es la bodhicitta de la intención. En los Sutras del Mahayana, la bodhicitta es considerada fundamental. A través de esta intención podemos gobernar nuestra actitud, nuestro comportamiento. En la base de las enseñanzas del Hinayana está el Vinaya, que se basa en leyes. Si recibimos un voto, detrás de este voto está la norma, que tiene que ser aplicada. Usamos estos votos si nuestra capacidad, nuestro carácter, no es fuerte, y queremos controlar nuestro comportamiento y no cometer acciones negativas.
En Dzogchen, tratamos de ser responsables de nosotros mismos; pero para la mayoría de la gente no es así. Entendiendo la debilidad básica de la condición humana, Buda explicó claramente el estilo Hinayana; por lo que, si no podemos gobernarnos a nosotros mismos, tenemos una norma que limita nuestro comportamiento. Por lo tanto, podemos entender por qué existe el voto en la enseñanza Sutra, y no se debe considerar un voto como algo que no es válido. En cambio, es algo para adoptar y usar. Tenemos todo tipo de enseñanzas con diferentes características. Si somos practicantes de Dzogchen, tenemos que tener conciencia, conciencia de nosotros mismos y también de las circunstancias y la relación entre ambas. Si tenemos conciencia de esto, tenemos conciencia de todos los aspectos de las enseñanzas. Entonces, practicar Dzogchen significa practicar Hinayana y Mahayana. Significa buscar la esencia de todas las enseñanzas y vivir en esta esencia.
Ciertamente, no podemos seguir todos los diferentes tipos de reglas específicas. Por ejemplo: lo fundamental en el Mahayana es la intención, que es mucho más importante que una regla. Si hay una buena intención y ocurre algo negativo, esto puede tener un buen resultado. Se considera muy importante la intención. Cuando hablamos de bodhicitta, lo primero que se menciona es la intención. En la vida, en cada circunstancia, podemos observar qué tipo de intención tenemos. Si estamos presentes en nuestra intención, no tenemos que seguir las reglas, y todo sale bien.
Tenemos la intención de no crear ninguna negatividad. Para cometer una acción negativa, primero debemos tener la intención. Además, las condiciones para producir karma negativo significa que, primero tenemos que tener una mala intención, luego entrar en acción, concluir la acción, y eso se convierte en una fuerza negativa.
Incluso, aunque tengamos esta mala intención y entremos en acción, si no la llevamos a cabo, faltará algo para el karma negativo. No sólo a nivel de la filosofía, sino en derecho, se dice que un crimen es premeditado. Alguien que ha hecho algo en forma intencional, es culpable. El karma también se crea de esta manera.
Si estamos caminando afuera y aplastamos a un insecto con nuestros pies, éste muere. Cuando muere, sufre. Tanto si la persona aplasta deliberadamente al insecto o no, éste sufre igual. Ciertamente, esto no es positivo. Una acción negativa significa que producimos sufrimiento a otros seres. Si vamos con la intención de matar a ese ser, eso es diferente. No hablamos tan sólo de una acción negativa; estamos hablando de producir un karma negativo; una potencialidad de karma. La fuerza y la potencialidad de este karma negativo puede producir un resultado. Esto es lo que llamamos causa y efecto. Cuando hay una causa negativa, y luego hay una causa secundaria presente para esa causa, se produce un efecto.
Cuando producimos esta potencialidad de karma negativo, ciertamente no vemos algo concreto. Esto está relacionado con nuestra condición. Cuando está presente la causa secundaria, este karma se manifiesta por sí mismo. Voy a dar un ejemplo. El karma es como una sombra. Tenemos un cuerpo físico, y cuando existe la causa secundaria del sol, surge la sombra. ¿Por qué? Porque tenemos un cuerpo. Pero cuando no hay una causa secundaria, la sombra no se manifiesta, como si nunca hubiera existido.
Lo mismo ocurre con todos esos karmas negativos que están asociados con nosotros. No aparecen hasta que se manifiestan las causas secundarias. Esto significa que cuando tenemos todos estos tipos diferentes de causas, las consecuencias se manifiestan como samsara. Antes que nada, esta potencialidad sólo puede manifestarse si tenemos la intención. La intención está relacionada con la acción, ya sea directa o indirecta; y- al final- cuando uno está satisfecho con lo que tiene hecho y estas tres calificaciones están presentes, se produce un karma perfecto que tendrá algún tipo de resultado.
Es por esto que en el Mahayana es muy importante la intención. Debemos observar bien nuestra intención. Sobretodo, la primera cosa que hacemos al hacer la práctica es tomar refugio y la bodhicitta. Observamos nuestra motivación y vemos por qué estamos haciendo esa práctica. Si no tenemos una intención buena, podemos cambiarla inmediatamente, y así se convierte en una buena intención. Al menos, en el momento de la práctica, hacemos eso. También es un buen ejemplo para la vida. No necesitamos restringir nuestras buenas intenciones sólo para los períodos de práctica.
Como practicantes de Dzogchen intentamos no estar distraídos, sino estar presentes. Cuando estamos presentes, podemos observar nuestra intención. Si tenemos una intención malévola, inmediatamente somos conscientes de ello y podemos cambiarla. En su lugar, podemos cultivar una buena intención. Por lo menos, podemos darnos cuenta de que esa mala intención puede producir un resultado negativo. Si estamos presentes de esta manera, ¿cómo pueden surgir las negatividades?. Esta es una buena manera de regular nuestra actitud o conducta en la vida. Por eso es que en el Mahayana, la intención es más importante que el aplicar cualquier tipo de regla.
Luego podríamos pensar: “Oh, voy a practicar Mahayana porque no creo en las reglas”. Las personas son muy estrechas de mente. Piensan que tiene que ser una cosa o la otra. Tenemos que vivir con más espacio y darle más espacio a nuestra mente.
Por eso, prueben y apliquen este principio del Mahayana y del Hinayana. Si una regla tiene un sentido y es útil, ciertamente, podemos aplicarla. La finalidad del Hinayana es renunciar a molestar a otros seres. Este es el principal propósito de este voto. Incluso, si no tenemos un voto, debemos tenerlo presente. Sabemos que insultar a una persona crea sufrimiento para ella, porque cuando me pasa a mi, yo sufro. Por lo tanto, en el Sutra decimos que podemos tomarnos a nosotros mismos como ejemplo. Buda enseñó esto en los Sutras; que es algo muy práctico y concreto.
Además, podemos enseñar a nuestros niños explicándoles que no deben matar a un insecto porque causan un terrible sufrimiento para el insecto y el insecto podría ser padre o madre y las crías se preguntarían dónde está su madre o padre. Cuando los niños se vuelvan sensibles a esto, no querrán matar insectos nunca más.
Tenemos muchas experiencias de este tipo en la vida. Si alguien hace algo que me es agradable, y yo hago algo agradable para esa persona, nos sentimos muy felices. Si no nos preocupamos por los demás, somos considerados egoístas. Sobre todo, es importante ponernos en el lugar de los otros. En el Mahayana, hay muchos tipos de entrenamientos en los cuales cambiamos mentalmente nuestra posición con otra. Si vemos a una persona que está sufriendo terriblemente e intentamos imaginarnos en el lugar de él o ella, podemos entender cómo sufre.
Con esta práctica, una persona se vuelve más sensible. A menudo parece que la sensibilidad de muchos practicantes disminuye y se tornan como piedras. Esto es muy negativo. ¿Por qué ocurre esto? Porque no nos observamos a nosotros mismos y no lo vemos. En Dzogchen tenemos que entender la esencia de todas las enseñanzas e integrarlas. Así que, recuerden el principio del Hinayana y no creen problemas para los otros. Debemos controlar nuestra propia existencia, nuestro cuerpo, voz y mente. Este es un voto creado para uno mismo y es muy útil aplicarlo.
El principio del Mahayana es la bodhicitta. El primer principio de la bodhicitta es la intención, y después aplicarla. Por esto, hablamos de ´aplicación´ e ´intención´ en los Sutras del Mahayana.
Decimos: ‘Quiero realizarme por el bien de los demás’. Cuando uno crea este tipo de intención, a eso se lo llama cultivar la bodhicitta. Básicamente es [tener] un buen pensamiento a través del cual uno puede acumular méritos. Pero si es tan sólo eso, y no ocurre nada concreto, es porque después de haber tenido la intención debemos aplicarla, tiene que entrar en acción. Con el karma negativo, entramos en acción y entonces se produce una causa. Es lo mismo con las buenas acciones: si cultivamos la bodhicitta, tenemos que aplicarla para producir una buena acción.
Bodhicitta es algo que recitamos: “Quiero realizarme para el beneficio de todos los seres, tengo esta intención”. Esto es algo concreto. En el Mahayana se habla de ´el Regalo´. El mejor regalo que podemos dar es el de la enseñanza. También hay regalos materiales. Si alguien no tiene nada para comer, podemos darle un poco de comida o de dinero, y estará muy feliz. Creamos mucho bien haciendo una buena acción de este tipo; pero no tenemos la intención de dar este buen regalo. A veces damos de corazón por nuestro propio interés, y esto no crea una buena acción. Si tenemos una buena intención, no esperamos nada a cambio. Nuestra única intención es para el beneficio de alguien que tiene algún tipo de necesidad.
Un practicante debe estar presente cada día de su vida. En general, tenemos muchas intenciones maliciosas, y esto automáticamente produce mucho poder negativo. En las enseñanzas de Jigmed Lingpa, él dice, “Si la intención es buena, todo lo de la vida y el fruto de la vida será bueno; pero si la intención es mala, ocurrirá todo lo contrario. Así que, intenten cultivar buenas intenciones.” Las buenas intenciones hacen felices a muchas personas, y si la gente es feliz, puede producir mucho poder positivo en ellos´.
Yo doy muchas prácticas. En Astrología Tibetana hay algo llamado ´Año Negro´. En este Año Negro, todos los elementos e influencias son muy malos. Si la persona no es cuidadosa, todas esas malas condiciones y causas secundarias le producirán problemas. Durante ese tiempo de debilidad, las circunstancias como una enfermedad pueden golpearla duramente. Si las personas están muy pasivas, recibirán todas estas negatividades. El propósito de la astrología es entender la condición del individuo y sus circunstancias.
¿Qué podemos hacer para remediar esto?. En Astrología hay muchos métodos para superar estos problemas. Si uno no hace nada, la condición empeora. Para reforzar la energía del individuo, podemos hacer banderitas de oración. Podemos llevar a cabo prácticas de larga vida. Hay muchas maneras sencillas de superar las negatividades. Hay una práctica llamada Chi Thun. ´Chi´ significa ´niño´ y ´Thun,´quiere decir ´celebrar´. Invitamos a muchos niños, les hacemos regalos y preparamos muchas cosas para mantenerles entretenidos todo el día. Durante muchas horas , estos niños estarán llenos de alegría y el poder de esa alegría de los niños tendrá gran potencialidad para superar todo tipo de negatividades.
Ahora pueden ver cuán poderosa es la mente cuando uno es feliz y cuando es infeliz. Del mismo modo, dar regalos a gente pobre tiene la misma motivación. Por lo tanto, en la vida, uno tiene que entender esto. Cuando en nuestra vida surgen muchos tipos de circunstancias de este modo, intenten no hacer infelices a las personas; intenten hacerlos lo más felices posible; y si tienen una mínima buena intención y entendimiento, no será muy difícil hacer feliz a las personas.
Si disolvemos nuestras tensiones y somos amigables con las personas, ciertamente estaremos felices durante unas horas. Básicamente, lo fundamental para alcanzar en la práctica es la relajación. Podemos ver cuán importante es la relajación. Muchas enseñanzas hablan de la bodhicitta a modo de propaganda, para demostrar algo muy dulce en la sociedad. La sociedad no funciona de esta manera, con algo falso.
Muchos practicantes de Dzogchen sienten que no tienen que practicar la bodhicitta ; pero uno tiene que aplicar la bodhicitta incluso si desea ser practicante de Dzogchen. Pienso que nuestros practicantes tienen que trabajar duro para desarrollar la bodhicitta. Con la bodhicitta debemos entender nuestra propia esencia, la condición de cada individuo.
Las personas dicen que muchos practicantes de Dzogchen parecen no tener mucho amor. Carecer de amor significa que nos hemos vuelto como una piedra. No es que tengamos que pensar sobre el amor. Debemos llegar a ser un poco más sensibles. La sensibilidad significa ser conscientes del tiempo, de las circunstancias y de la condición humana. Es muy importante tener respeto unos con otros. Sin respeto, nada funciona. El respeto surge de observar y ser más sensible con uno mismo. Es mucho mejor llegar a ser sensible con uno mismo que salir a hacer sensibles a los demás.
Muchas personas están acostumbradas a criticar a los demás. Tenemos un modo dualista de ver característico de nuestra forma de ser en general. Tenemos dos ojos, y- tan pronto los abrimos- identificamos a un objeto. Nunca nos observamos a nosotros mismos, siempre miramos hacia afuera. Así, hemos desarrollado nuestro mecanismo de criticar a los demás. Siempre miramos hacia afuera, buscando al culpable.
Si siempre miramos hacia afuera, haciendo que los demás se sientan culpables, nuestra existencia nunca cambiará y nunca nos volveremos más sensibles. Es mejor observar y analizarnos a nosotros mismos. Si estamos más conscientes y sensibles, otras personas, que pueden ser muy arrogantes, se acercarán. Una persona se volverá más dura si intentamos instruirla. Si no tenemos el sentimiento de culpabilidad y permanecemos calmados, no habrá nada que defender. Debemos intentar disolver esas tensiones en nosotros mismos.
Este es un aspecto muy importante entre, por ejemplo, una mujer y un hombre , o entre personas que están juntas y participan de las enseñanzas. Una relación espiritual es cientos de veces más importante que cualquier relación normal. Si la estropeamos y creamos problemas entre practicantes, esto es algo muy negativo y triste que se convierte en un fuerte obstáculo para la realización.
Publicado anteriormente por “The Mirror” edición del 8 de Mayo de 1991
Traducido por: Dragana Lukic Tesanovic