Fin de semana de Respiración y Yoga Tibetano del Movimiento
31 de Octubre – 1 de Noviembre, 2020
Dzamling Gar
Copatrocinado por Shang Shung School of Tibetan Medicine y la Atiyoga Foundation
Por : Ellen Hoden-Storrie
Autor de “Nurture Nature & Being Happy” y Directora del Celtic Spiral Healing Center
Cuando me inscribí para el fin de semana de Respiración y Yoga Tibetano del Movimiento, no estaba segura de qué esperar. Como alguien que dirige un negocio de bienestar, siempre me intrigan las diferentes formas de medicina, por lo que el tibetano definitivamente estaba en mi lista de cosas para revisar. Aproveché la oportunidad de convertir la experiencia en un retiro de fin de semana y reservé un apartamento confortablemente espacioso en la Casa de Medicina Tibetana. Justo al lado estaban las habitaciones en las que la Dra. Irina y Medegma dan consultas y masajes. Esa noche, mis huesos y mi cerebro chirriantes entraron en trance; estaba tan relajada después de una hora de tratamiento con Medegma que me quedé dormida en el sofá a las 8pm y dormí durante diez horas.
A la mañana siguiente, nuestro taller comenzó a una hora civilizada, a las 9.30h. Tan pronto como llegué, la sonrisa cálida y abierta de Alessandra me hizo sentir bienvenida. Cuando todo el mundo empezó a hablar de colchonetas y cojines de yoga, las alarmas empezaron a sonar en mi cabeza. Reflexionando, no tiene mucho sentido, pero mi mente optimista de alguna manera había imaginado que las poses serían opcionales. Me encanta el yoga, pero con mis problemas de columna normalmente tengo que dar vueltas en el suelo durante unos buenos cinco minutos entre posturas y, por lo tanto, evito la instrucción formal. Alessandra me tranquilizó diciendo que todos tendríamos sillas al lado de nuestras alfombrillas y que podríamos trabajar con ellas si quisiéramos. Pero de alguna manera, ya sea por la suave facilidad con la que comenzamos antes de entrar en las poses más profundas o por la naturaleza cálida de Alessandra e Ilaria, me puse de pie y volví a caer al suelo en un tiempo récord.
Thubten Rabgyi dando instrucciones sobre la meditación
La clase era pequeña y había espacio entre las cosas, que tienen que estar de esta manera debido al Covid19. La gente se calmó y la sala se llenó de una buena vibración generada por el ánimo de los compañeros y la amable guía. En la actividad respiramos en nuestro estómago primero, y luego sentimos que el aire nos llenaba hasta el punto que me pareció que realmente estiraba y se relajaba mi interior. Pero el momento mágico fue cuando nos dejaron hacer los ejercicios de respiración en conjunto sin instrucción. Se sentía como si todos nos estuviéramos conectando con la energía y el flujo de los demás; y esto nos dio una fuerte sensación de sincronicidad. Fue en este punto en que me di cuenta de que mi mente, demasiado rápida e innecesariamente ocupada, se había ralentizado por completo.
Dicho esto, más tarde, por la tarde, cuando comprendí que todos íbamos a aprender juntos una danza tradicional tibetana, mi corazón empezó a acelerarse. Pensé en correr hacia la puerta, pero no había pasillos donde esconderme. Tendría que esperar que nadie notara mis dos pies izquierdos. Resulta que, con suficiente repetición y con unas instrucciones claras, incluso mi cerebro pudo ponerse al día un poco …y pude comenzar a entender el concepto de alegría que hay detrás de estas danzas. Si bien no le haré sombra a Shakira por su dinero a corto plazo, me las arreglé para no caerme y para acertar tal vez dos, uno, de cada tres movimientos; por ello lo tomaré como una victoria. Lo que fue realmente precioso para mí en todo esto fue el movimiento en el que todos se dieron vuelta hacia la persona a su derecha y se inclinaron; esto se sintió como un hermoso intercambio de energía que nos conectaba a todos aún más.
Al día siguiente, tuvimos el honor de escuchar a Menpa Wangmo, Directora de la Escuela de Medicina Tibetana, hablando con Ilaria en vivo a través del Zoom. Su fuerza y quietud, su profundo conocimiento y su comprensión inteligente de las conexiones entre la salud, la respiración, nuestras mentes y emociones fueron una inspiración y me dejaron con ganas de escuchar más.
Cuando regresé a casa con mi marido en El Porís, me sorprendió notar una amplitud en mi pecho y entre mis costillas que nunca había experimentado conscientemente. Mi cerebro había ralentizado su ritmo, mi corazón estaba abierto y podía recordar suficientes instrucciones del fin de semana para poder incorporar los ejercicios a mi rutina matutina. ¡Inscríbeme, estoy lista para más!
Traducido por: Dragana Lukic Tesanovic